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¿tiene sentido esperar?

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Esperar es una palabra que siempre me ha generado tensión...

Esperar es una palabra que siempre me ha generado tensión. 

Esperar puede significar tener la expectativa de un resultado. Espero que te vaya bien, (lo cual indica que sabemos qué es bien), espero que hagas esto o dejes de hacerlo. 

Y esperar también implica un tiempo, una demora. Espero mientras llega el tren. Espero a que crezca la planta. Espero mientras.... 

Espero... y como dice el refrán, "el que espera, desespera". Siempre recuerdo esa frase que dice algo así como "el tiempo siempre relativo: demasiado lento para el que espera, demasiado rápido para el que disfruta"... 

Desde hace un tiempo me pregunto si tiene sentido esperar. Porque parece que mientras espero, me sitúo en un impás de tiempo, proyectada en el futuro que precisamente espero. Y seguramente, perdiéndome el presente, por estar pendiente de lo que todavía no es, lo que juzgo que deseo, lo que creo que va a suceder... pero que de hecho, todavía no es.

Tal vez esperar pudiera ser como esos silencios que están en la base de cualquier melodía. las notas se suceden, a un ritmo, con unas distancias, encajadas en una base de silencio. La clave de la música es el respeto. Si las notas se amontonan, no hay música, hay ruido. Si una nota quieren sobresalir del resto no hay melodía, sino un despropósito. Una nota va seguida de la otra, a veces simultánea, pero cada una tiene su espacio, su sentido, su propósito. Cada una es completa y suena en el momento adecuado, no solo para ella, sino para el conjunto. 

Y sobre todo, si no existe el silencio, tampoco lo puede hacer una melodía. si no existe un lienzo, no podrá existir una pintura. Si no hay un potencial, no habrá la posibilidad de hacer nada allí. 

Tal vez la espera no sea solo estar pendiente de un futuro que anhelo o que temo, sino anclarme en el vacío  y observar ese instante de silencio, en blanco, en el que todo es posible. Cuando estoy ahí, plenamente presente en mi presente, la mente ni juzga ni se proyecta, y me entrego a la deliciosa sensación de estar vivo. 

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