El corazón se abre. Para acoger más sangre, más vidaSístole y diástole. Los dos nombres que aprendimos en la escuela que describen el movimiento del corazón.
Se contrae. Sístole. Las fibras musculares se hacen pequeñitas y empujan la sangre de una cámara a otra, y de ahí, al universo de células que forman nuestro cuerpo. 100.000 veces cada día. Solo hace falta un minuto para que esa sangre llegue a todos los rincones de tu cuerpo. Un minuto para inundarlas con lo que hay en tu corazón.
¿Qué hay en tu corazón? ¿Hay paz? ¿Hay prisa? ¿Hay dolor? ¿Hay agradecimiento? Eso que alojas en esa cavidad sagrada es lo que viaja hasta cada una de tus células. Inundánolas a cada latido, nutriéndolas o intoxicándolas....
Diástole. Se relaja. No hay esfuerzo. Los músculos no hacen nada para relajarse, simplemente desaparece el estímulo que los hace contraer, y vuelven a su posición natural. Como en una oración, no hay esfuerzo. Se abre. El corazón se abre. Para acoger más sangre, más vida. Se llena, la acoge, la abraza, llena la sangre de su propia vibración. ¿qué había en tu corazón? Todo eso es lo que impregna tu sangre.
La vida es una sucesión fractal de sístoles y diástoles. Tomo acción, empujo, muevo, llevo una vibración a todos los rincones, a cada célula de mi universo, a cada persona de mi mundo... Me relajo, me abro, me dejo inundar por la sangre que es la vida, sin esfuerzo, sin movimiento, solo me abro y dejo que suceda. Y esa vida se expresa a través de mi...
Bendita diástole de agosto que me permite abrirme, inundarme de vida para seguir expresándola a cada latido. Que mi mensaje esté siempre inundado de paz, de entusiasmo, de autenticidad, de coherencia, de amor....
Felices vacaciones a todos!!!
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